¿Alguna vez te has preguntado por qué, al nacer en este planeta, parece que no tenemos un manual de instrucciones para la vida, especialmente en lo que respecta a nuestro bienestar espiritual y psicológico?
¿Por qué cuando llegamos a este simulador no sabemos cuáles son las reglas del juego a nivel espiritual y psicológico para salir de él, para dejar de sufrir y para evolucionar?
¿Por qué este conocimiento no lo sabe todo el mundo?
En este artículo intentamos llegar a esa respuesta, aportando sentido, perspectiva y hasta un poquito de humor. Vamos a por ello!
La Tierra: Un simulador de regeneración
Primero, es fundamental entender que todos los planetas son un tipo de simulación, una representación narrativa diseñada para que una conciencia experimente algo específico. Algo así como un “videojuego”.
Sin embargo, la Tierra tiene una particularidad: se ha convertido en una cárcel. Esto no significa que siempre haya sido así, sino que se ha convertido en una debido a intereses de poder y ciertos sistemas de corrupción dentro de la Alianza Galáctica (Hablamos un poco sobre ellas en este artículo).
La Tierra es, lejos de ser pensada como una cárcel, fue diseñada como un “simulador de regeneración”. La idea detrás de esto no era “recluír” conciencias, sino darles la oportunidad de transformarse. Es como si fuera una réplica de otros sistemas estelares importantes (como Sirio, Pléyades y Arturus) junto con sus acontecimientos. De esta manera, los habitantes pueden recrear eventos significativos, pero a menor escala. Por ejemplo, las Guerras Mundiales en la Tierra pueden interpretarse como una “simulación” de lo que fueron las Guerras de Orión.
De nuevo, la analogía más directa a esta situación es un videojuego altamente sofisticado, una realidad virtual donde encarnas en un personaje e intentas llevar adelante misiones, aprender, crecer y eventualmente desarrollar tu propia historia.
En esta “simulación”, las almas que han cometido errores o generado mucho “karma” en el exterior son internadas. El objetivo es que aquí, a través de las experiencias, puedan reconocer sus fallos y tener la oportunidad de corregirlos. También puede ocrrurir que, por resonancia cuántica, tiendan a replicar lo que hubieran hecho o hicieron antes en sus respectivos planetas.
El Velo del olvido
Ok, pero en cualquier videojuego las reglas son claras, o al menos intentan. Uno puede leer los objetivos de la misión, sabe con quién hablar, de quién tener cuidado, qué cosas se pueden usar, qué eventos “suman puntos”, etc.
Pero nada de eso ocurre acá.
La razón por la que no conocemos las “reglas del juego” al llegar es simple: todas las conciencias entran a este simulador con la memoria borrada. Esto es parte del diseño de la simulación. No se aplican las mismas leyes de la federación galáctica en la Tierra porque, al ser una simulación, se permite un nivel de “libertad” y conflicto que no sería tolerado en el exterior.
Además, existen “barreras de frecuencia” que impiden nuestra conexión con nuestras realidades de origen. A esto se le conoce también como el “velo del olvido”. Es como si, al entrar al juego, un velo se posara sobre nuestra memoria, impidiéndonos recordar quiénes somos realmente o de dónde venimos.
Dentro de este simulador, existen sistemas de bloqueo, chips y vigilancia constante para evaluar el progreso de las conciencias y determinar cuándo están listas para ser reinsertadas en sus realidades originales. Es un ambiente controlado donde los “reos” pueden pelear y aprender, siempre y cuando no destruyan la “prisión” misma.
¿Quiénes recuerdan y por qué?
Aunque la mayoría de nosotros entra con la memoria borrada, hay excepciones. Algunos seres, ya sean de polaridad positiva o negativa, llegan con un “recuerdo” de quiénes son y qué van a hacer, aunque no con todos los detalles específicos de sus vidas estelares, para evitar que enloquezcan.
Estos son, en muchos casos, “semillas estelares“. Forman parte de un “comando de rescate” que les proporciona la información y las herramientas necesarias para cumplir su propósito aquí. Su misión es clave: extracción de las conciencias que fueran aptas. (Recomiendo leer Operación Rescate) A diferencia de otros, estas “semillas estelares” no están atadas al ciclo de reencarnación de la Tierra ni a contratos kármicos. Ellos entran y salen.
Sin embargo, el sistema carcelario de la Tierra se volvió tan poderoso que las primeras “semillas estelares” enviadas fueron a menudo eliminadas o denigradas (por ejemplo, los Baby Boomers a través de las drogas, y los Millennials a través del azúcar y la tecnología). Sin embargo, la situación actual está “saliendo de las manos”, y se vislumbra una posible intervención para “quitar la cárcel”, un proceso que se espera que traiga tiempos de grandes cambios y desafíos.
Conclusiones
El propósito de compartir este conocimiento, por lo tanto, es que, al entender la naturaleza de este “simulador” y por qué nuestras memorias están veladas, podamos liberar nuestras propias conciencias.
Para aquellos de nosotros que somos conciencias de dimensiones superiores, este conocimiento no es un descubrimiento, sino un recordatorio de lo que ya sabemos y la tecnología que ya poseemos.
Si sentís que esta información resuena contigo, no dudes en escribirme y contarme tu historia!